martes, 18 de diciembre de 2012

TOMANDO UN TAXI CON RUTA A MI MISM@

Amig@s querid@s, justo ayer abordé un taxi y el señor que conducía inició una de las conversaciones más lindas que he tenido en estos últimos tiempos - Ojalá hubiera tenido una grabadora para pasarla por la radio-
Pero todo fue muy rápido y lo más imp
ortante, el resumen de lo que me dijo se puede sintetizar en que "el sufrimiento proviene de la ignorancia", OJO pero la ignorancia de nuestra propia esencia, no la ignorancia del conocimiento de afuera, sea académico, espiritual, fáctico, etc. etc. Por ejemplo, este cuerpo en elque habitamos ¿Cuánto sabemos de él? A lo mejor lo miramos, lo lavamos, lo encremamos, lo depilamos, le hacemos operaciones, lo teñimos y este cuerpo sin quejarse recibe todo eso ... pero Nosotros lo conocemos realmente? y además de conocerlo, ¿amamos realmente a este cuerpo? Muchas veces somos nuestros peores jueces, y yo me cuento en ese grupo también -no me escapo- "Cuando alabamos una obra, alabamos al creador de esa obra". Hoy alábate a ti mismo porque eres obra de Dios, alabando este cuerpo, alabas a su creador, alábate aceptando y amando tu cuerpo tal como está.
Asimismo, nuestra mente, nos enfadamos con ella, porque tiene muchos pensamientos negativos y confusos, cuando nos sentamos a meditar y salen más pensamientos, hasta le llamamos "La Loca de la Casa" -yo me encuentro en ese grupo- sin querer decretamos que estamos locos, bajoneamos nuestra propia mente, no la enaltecemos, ni le agradecemos que sea la transmisora de nuestros sentidos, le echamos la culpa de que oscile entre el pasado y el futuro, ¿acaso alguien le enseñó a esta mente a estar en el momento presente? No, ¿no es cierto? Y el intelecto, también, si es basto o vasto, también le achacamos a nuestro intelecto, sea nuestra falta de éxito en alguna carrera o nuestra aburrida erudición. También a la memoria, si nos empieza a fallar por el paso de los años, nos enfadamos, si por el contrario la memoria se aferra a lo negativo también la cuestionamos (asirse de lo negativo solo es un mecanismo de alerta, parte de nuestra constitución humana y se activa ante el peligro). Asimismo, el ego, al pobre ego le echamos la culpa de todo, sea que se suba o que se baje, algunos hasta quieren destruirlo, desaparecer el ego, si no fuera por el ego, ni saldríamos a la calle con algo de cuidado y limpieza.
Y ¿por qué comparto todo esto? Porque mi amigo el taxista me hizo ver que nuestra mayor ignorancia y la raíz de nuestro sufrimiento es no conocernos ni tener interés en conocernos, esa ignorancia de nosotros, reafirmada con algunas programaciones erróneas en el ambiente familiar, amistoso, escolar, laboral, de pareja, etc. etc. y luego la ignorancia de herramientas para conocernos, también forman parte de la raíz del sufrimiento.
Y en ese momento de aparente desolación por sentir que pareciera que tenemos todas las de perder, ahí nos encontramos con una gran oportunidad: empezar de cero y con humildad, mirarnos con amor, empezarnos a conocer, por eso yo compartí “TOY EMPEZANDO A CONOCER A ALGUIEN…” porque empiezo a conocerme y de algún modo a enamorarme de todo aquello que soy yo, con todo el paquete, tal como está.
Asi que envía desde el centro de amor, que es tu Ser, el Gran Sol Espiritual, Fuente de Prana, fuente de luz, calor y energía vitales, envía e irradia desde allí, tomando como referencia un punto de tu cuerpo, puede ser el área del corazón. Desde allí envía amor a todos los niveles de tu existencia, que están allí por alguna razón, los 7 niveles de tu existencia están por algo, enaltécelos, alábalos, ríndeles honor porque todo eres tú, todo es yo, todo es nosotros y cuando nos regocijamos en este microcosmos, por añadidura sentimos la pertenencia al macrocosmos, haciéndonos uno solo, disolviéndonos, como un todo y desde ese todo inhalamos estrés y devolvemos amor, inhalamos frustración y exhalamos tranquilidad, inhalamos odio y exhalamos armonía. Todo sirve, todo aporta, nada en este universo se desperdicia, porque todos somos todo y nuestro humilde fin es volvernos nada. De la nada vinimos, a la nada vamos y justo esta vida, en mi caso estos 47 años han pasado como un ultraminiarchirecontramili-segundo, como un suspiro, y no quiero perderme los otros 47 que están por venir sin saber más de mi, sin amar más de mi, sin aceptar más de mi, porque al hacerlo, me abro a todo y a todos, al mismo tiempo que caigo en la cuenta que cualquier sufrimiento, al mismo tiempo es la puerta al mayor triunfo personal, que todos los días puedo y podemos decidir qué hacer con esta humanidad. Hagamos lo mejor con lo que tenemos ahora, en este segundo. Ya!